Hay una gran cantidad de riesgos para los que los propietarios de empresas tienen que prepararse cuando dirigen su día a día. La escasez de recursos, los problemas con los empleados, la competencia y la presión normativa son sólo algunos de los retos a los que deben enfrentarse la mayoría de los empresarios. A veces se trata de incendios cotidianos que pueden solucionarse rápidamente con procedimientos operativos y planes de preparación, y otras veces son sorpresas que provocan retrasos e interrupciones importantes o incluso una reestructuración completa del funcionamiento de la empresa.
La presión regulatoria, en particular, tiene el potencial de crear un mayor nivel de caos e incertidumbre en un negocio que, a su vez, puede llevar a un duro cambio de visión y enfoque, o peor, a que la empresa tenga que cerrar. En los últimos 18 meses hemos visto el efecto que las catástrofes inesperadas y la regulación gubernamental pueden tener en la columna vertebral del comercio, y ha hecho que muchos propietarios de empresas de todo el planeta se tomen un respiro y evalúen realmente su forma de operar, si sigue siendo sostenible y si está realmente en línea con su visión. Como resultado, hemos visto que muchas empresas muy queridas han cambiado de marca, se han trasladado, se han reducido significativamente o han desaparecido por completo. Sin un plan de contingencia adecuado, la normativa gubernamental puede obstaculizar seriamente su capacidad para dirigir su negocio de forma eficiente y ofrecer a sus clientes lo que se espera de ellos.
Bajo la presidencia de Biden, las normas y regulaciones que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) mantiene se han vuelto significativamente más estrictas. Echemos un vistazo a la misión de la EPA, a la situación actual de la normativa vigente y a cómo empresas como ITC Diligence Inc. utilizan soluciones creativas para sortear los cambios repentinos de la ley y la presión gubernamental cuando se aplica de forma inesperada.
La EPA fue creada oficialmente por el presidente Nixon en 1970, cuando el primer presidente de la agencia tomó posesión de su cargo el 4 de diciembre. Bajo la presidencia de William Ruckelshaus, la misión de la Agencia de Protección Medioambiental quedó clara: "Proteger la salud humana salvaguardando el aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra en la que vivimos". Esta visión ha hecho que la EPA pase de ser una pequeña agencia en ciernes a un enorme brazo del gobierno al que se le consultan prácticamente todas las políticas que se votan. En la actualidad, la EPA llega a todos los sectores empresariales y afecta a todo el comercio que se realiza en Estados Unidos, garantizando que las operaciones cumplan con estrictas directrices para proteger tanto el planeta como a sus habitantes.
En agosto de 2021, la EPA propuso una revisión Norma sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para los vehículos de pasajeros y camiones ligeros de los años 2023-2026. Con estas nuevas normas se espera alcanzar los objetivos de reducir los costes del combustible y, al mismo tiempo, aumentar los beneficios para la salud y el bienestar públicos. Además, se incentiva a las empresas fabricantes de vehículos eléctricos cuando se utiliza la tecnología actual para lograr el objetivo futuro de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos incentivos continuarán hasta 2026, cuando se espera que la EPA cree puntos de referencia más estrictos o permanentes. Los fabricantes de automóviles y camiones ligeros de todo el mundo tendrán que asegurarse de que sus nuevos vehículos siguen estas directrices si se van a vender aquí en Estados Unidos. Todo esto suena fantástico para ayudar a conseguir el objetivo de un planeta más limpio y saludable, pero no tiene en cuenta las necesidades de muchos empresarios y cómo estos cambios repentinos afectan a sus vidas inmediatas.
En uno de estos casos, una empresa de carga había anclado una barcaza en alta mar y estaba a la espera del despacho de aduana con 40 contenedores de mercancías en este barco. Antes de que se pudieran entregar estas mercancías, la EPA cambió los requisitos reglamentarios, lo que afectó a toda la carga a bordo de este barco en particular. Como resultado, se quedaron varados, sin muchas respuestas. Las etiquetas que se utilizaron durante el envío y que habían estado bien anteriormente, ahora estaban anticuadas y ya no cumplían con la norma requerida. Se contactó con ITC Diligence Inc. en busca de ayuda, ya que llevan más de tres décadas ofreciendo soluciones creativas a las empresas de transporte de mercancías en situaciones como ésta. La estrategia en este caso consistió en trasladar los contenedores a una Zona de Comercio Exterior, donde pueden mantenerse con tasas aduaneras nulas o reducidas durante el tiempo necesario. Mientras se almacenaban los contenedores, se solicitaron nuevas etiquetas de la EPA, lo que permitió entregar estos productos sin mucho retraso. En esta situación, la EPA sigue cumpliendo sus directrices y el cliente sigue cumpliendo las promesas que hizo a sus clientes. ITC Diligence Inc. desempeñó un papel decisivo a la hora de orquestar este acuerdo y pudo ayudar al propietario de este negocio a seguir operando en su día a día con tranquilidad. ITC Diligence Inc., líder en el uso de zonas francas para ayudar a sortear cambios normativos inesperados o tasas aduaneras onerosas en la frontera, se compromete a garantizar que usted reciba o entregue sus productos a tiempo. Al consultar a ITC Diligence Inc., usted aprovecha décadas de experiencia combinadas con una planificación creativa y una ejecución experta.
Su negocio debe seguir funcionando, independientemente de lo que depare el futuro. Cuando el alcance del gobierno crea desafíos en su negocio de carga, ITC Diligence Inc. es el único socio que necesita para ayudar a capear el temporal.